Andreas Post

Römische Hüftmantelstatuen
Studien zur Kopistentätigkeit um die Zeitenwende

Scriptorium Münster 2004
555 Seiten, 61 Tafeln, 1 CD-ROM
ISBN 3-932610-33-4

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Este estudio ofrece una compilación de “estatuas retrato” masculinas de la época republicana tardía y principios del impero con el punto de mira en una característica específica del atuendo y demuestra, basándose en la serie de tipos estatuarios, que desde el reinado de Augusto las estatuas conmemorativas –mayormente de miembros de la casa imperial- y también algunos retratos privados aislados resultaban de copiar estatuas originales de dioses y héroes griegos de los siglos 5 a 3 a.C. y combinarlas con un “manto a las caderas” (‘Hüftmantel’) si éste no estaba ya presente en las originales.

Los originales del periodo clásico y prehelénico, los cuales en parte existen en series de conocidas copias exactas de los mismos y en parte deben ser extrapolados a partir de las “estatuas retrato con manto a las caderas” aquí mostrados, representan en su mayor parte a dioses, sobre todo Zeus, quien era peculiarmente adecuado para encarnar las virtudes del retratado y su poder, y con ello realzar que éste era digno de culto.

Mientras para las “estatuas retrato” de generales en la agonizante república tardía e inicios de la era augusta se empleaban características tipo y ponderaciones (las cuales en gran parte se correspondían con el ecléctico estilo del helenismo tardío y también favorecían el uso de un tipo de “manto a las caderas” y atributos que subrayaran el temperamento militar del retratado o evocaran directas asociaciones con Zeus-Júpiter), aparecen a finales del reinado de Augusto exclusivamente copias de una colección de tipos del la época clásica y prehelénica, las cuales se ciñen tanto como pueden a los correspondientes modelos, pero que a todas luces, en lo que respecta a su estética (plástica o del motivo), lugar de colocación y contexto de agrupación, idénticos o no a los originales, se podrían ordenar bajo un nueva perspectiva.

Una razón para la aparición de copias inexactas se puede encontrar en las llamativas diferencias en el drapeado de los distintos mantos, las cuales tienen su origen evidente en la aplicación de patrones, agrupados a veces en libros, explicando así la notoria variedad de los motivos. El esquema general explicativo contribuye a la creación de una cronología de las “estatuas con manto a las caderas” desde un punto de vista principalmente tipológico. Esta cronología puede resultar más precisa que otra realizada desde un punto de vista estilístico (basado a menudo en vagas definiciones), la cual no puede considerar las grandes diferencias de modelado con las que trabajaban los talleres artesanos apegados a la tradición. La propaganda bajo el reinado de Calígula y Claudio, quienes con certeza se dejaron retratar en vida en estos “atuendos heroicos”, condujo muy en particular a un aumento en la producción de “estatuas retrato con manto a las caderas”, lo que se tradujo en un incremento de su número y en el empleo de drapeados en serie para el manto.

Las figuras teomorfas de la dinastía Julia-Claudia mostraban, dependiendo de su mensaje y del “canon de virtud” de los modelos de dioses adaptados, cualidades y valores como medio de propaganda política. Éstos valores y cualidades, sin embargo, sólo se hacían patentes en parte a través de la “lectura” del drapeado y en combinación con otros atributos, lo que sobre todo era de especial relevancia a la hora de poner de manifiesto en las galerías de estatuas diferencias de rango entre los retratados. En primera línea se trataba de alcanzar una aproximación a las cualidades de Zeus-Júpiter, y en menor medida caso una identificación con Júpiter. Ése es el contenido de la “heroización”. La desnudez contribuía sustancialmente a la comunicación de estos valores como signo de un contexto superior al que los soberanos retratados pertenecían. Atuendos populares, drapeados al estilo “manto a las caderas” indicaban en las estatuas situadas en espacios públicos, que el status idealizado que los retratados adquirían por su desnudez estaba ligado a sólidas convicciones morales dictadas por la política, lo más tarde a partir del reinado de  Augusto.

Con la extinción de la dinastía Julia- Claudia desapareció la función del atuendo “manto a las caderas” (literalmente, la de aludir a las distintas cualidades del retratado –heroicas en el sentido de venerables- en su papel de símbolo de un contexto superior) y con ella su base moral y política. La representación de una persona con “manto a las caderas” no significaba automáticamente, aunque sí con frecuencia, que el retratado estuviera muerto o consagrado. El retrato no es siquiera eo ipso signo incondicional de apoteosis, sino ha de ser siempre entendido en su contexto concreto. Se debe separar la pura “heroización” de la divinización consciente (consagración como en el caso de la estatua de Divo-Julio). Aquélla no puede ser sistematizada de forma fundada y concluyente, ya que los atributos e inscripciones que pudieran aclarar algo al respecto se hallan en su mayor parte desaparecidos. Quizá en el caso de la estatua de Divo-Julio, el “manto a las caderas” fue por primera vez signo de la alcanzada divinización. Esta simbolización quedó después restringida como tal a las estatuas de soberanos difuntos. Las representaciones de ciudadanos fallecidos o del emperador en vida tenían desde los tiempos de Calígula como objetivo exclusivo una aproximación a Júpiter en el sentido anteriormente apuntado. El caldo de cultivo ideológico de la política cultural clasicista de Augusto, que posibilitó la aparición de esta especie de “estatuas retrato”, fue desvirtuándose paulatinamente con los reinados posteriores de Claudio y Nerón, y tras el año de los cuatro emperadores (68/69 d.C.) quedó reducido ad absurdum.

Traducción: Javier Herreruela